La iridiscencia es el fenómeno óptico que caracteriza a ciertas superficies por variar el tono de la luz según cambia el ángulo desde el que se observa dicha superficie.
Podemos observar este fenómero en las alas de una mariposa o en una pompa de jabón.
Un acabado que aporta un extra de resistencia al desgaste al cristal, aunque habrá que tener en cuenta el método de coloración.
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